1) Smokey eye: El poder que ejerce una mirada ahumada se remonta a miles de años atrás. Y es que, según cuenta la historia, la no tan agraciada Cleopatra echó mano del misterio seductor de unos ojos azabache para dominar a amantes y enemigos. Hoy, el smokey eye ya no está reservado para la noche y su alcance se extiende a una infinita variedad cromática más allá del clásico y siempre favorito negro.
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2) Cabello platinado: El estilista de Jean Harlow, la primera rubia platinada del séptimo arte, obtenía ese tono platinado al combinar peróxido, detergente, amoniaco y blanqueador. Cada semana Harlow se aplicaba esta mezcla letal que se cree contribuyó a su deceso prematuro a la corta edad de 26 años. Afortunadamente, ya no hay que exponerse a gases mortíferos para obtener ese tono gélido de rubio que goza del favor de ellas y ellos por igual.
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3) Pixie: A finales de los 50, Jean Seberg puso el pixie en el mapa para interpretar a la heroína Juana de Arco. Mia Farrow hizo lo propio en manos del legendario Vidal Sassoon para encarnar el rol protagónico en el filme Rosemary’s Baby y la lista de celebridades que han llevado el corte andrógino es interminable. Ya sea por su carácter práctico o su aire de sensual desenfado, la popularidad imperecedera del estilo a la garçon es innegable.
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4) Wet look: Si bien por años fue un no no en el ámbito formal, el wet look ha hecho su regreso sobre las pasarelas haute couture de los más prestigiosos diseñadores. A diferencia de su versión de antaño, el estilo que evoca ese momento en que recién sales de la ducha ya no tiene que ser uno rígido que maltrate tu cabello. Esto gracias a la plétora de productos como geles, espumas, ceras y pomadas que fijan el cabello, aportan brillo y control con ingredientes gentiles que nutren y protegen la hebra.
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5) Labios rojos: El origen del labial se remonta al año 5,000 AC en la antigua Babilonia. Se dice que Cleopatra pintaba sus labios de carmín con el resultado de insectos machacados en una base de cera de abejas. Ya sea de acabado cremoso, mate o ultrabrilloso, sin duda unos labios rojos exudan seguridad, sensualidad y audacia que no pasan desapercibidos.
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6) Cejas abundantes: Tal parece que los egipcios fueron pioneros en lo que a tendencias estéticas se refiere, y las cejas no han sido la excepción. Y es que los faraones del Antiguo Egipto ya oscurecían sus cejas con el versátil y negrísimo kohl. En los tiempos de la Antigua Grecia, a falta de maquillaje, el hollín era utilizado para formar una “uniceja”, muy popular en la época. Con el pasar de los siglos, las tendencias han favorecido variedad de diseños para el marco de la mirada; desde las más finas hasta las más gruesas pasando por arcos dramáticos y hasta el uso de pelucas. Hoy se llevan abundantes y de aspecto natural.
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7) Cat eye: Si hay una tendencia que favorece a todas es el cat eye. Y es que una mirada almendrada es un atributo al que todas aspiramos. Tanto hombres como mujeres en –¿adivina?– el Antiguo Egipto, maquillaban sus ojos del negro más intenso a modo de homenaje al dios Horus y como protección de los malos espíritus. Aunque el dominio de este trazo tiene cierto grado de dificultad, hoy día esta tendencia icónica recobra la popularidad de mediados de siglo 20 y los tutorials de YouTube ponen a disposición de las amateurs los secretos para una aplicación impoluta.
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8) Afro: Un estilo que más que una tendencia pasa a ser un símbolo de identidad cultural y étnica de la raza negra. A mediados de los 50, los movimientos “Black Pride” y “Black is Beautiful” en los Estados Unidos, dieron paso a la popularidad de llevar el cabello al natural dejando atrás el alisado químico de la época, que además de ser agresivo con la hebra y el cuero cabelludo, requería de visitas constantes al salón de belleza y mucho mantenimiento. Hoy son muchas las que se apuntan a esta tendencia de exhibir con orgullo la textura natural de su cabello al estilo afro.
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9) Uñas almendradas: Hace dos siglos las uñas comenzaron a tomar una forma almendrada. Luego de pasar por el óvalo, el “squoval”, las puntas cuadradas largas o al ras de la piel, hoy los trendsetters se decantan nuevamente por una manicura de silueta más bien alargada y puntiaguda que aporta una ilusión de mayor longitud al tiempo que estiliza la mano. Quizás no es la más práctica, pero sí très chic.
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10) Nail art: Las flappers trajeron consigo la reconocida manicura de media luna. Sin embargo, se estima que el nail art comenzó alrededor del año 5,000 AC cuando las mujeres de la India teñían las puntas de sus dedos con henna. Ya para el 600 AC, las uñas eran una cuestión de estatus. Y es que en el país asiático las mujeres que no tenían la necesidad de trabajar dejaban crecer sus uñas unas cinco pulgadas y las protegían con una especie de tablillas de oro, plata o bambú para evitar que se quebraran. Sin embargo, los orígenes del nail art como lo conocemos hoy día se lo debemos a los incas, quienes decoraban sus uñas con imágenes de águilas. Actualmente, las posibilidades para hacer de la manicura una verdadera expresión artística son infinitas.
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11) Mod look - Twiggy: Resulta imposible hablar del estilo mod sin hacer referencia a la modelo británica Twiggy, cuya marca registrada –además del cabello corto– es su look híbrido entre aniñado y seductor. El punto focal: mirada acentuada por grandes cantidades de rímel y delineador en contraste con unos labios prácticamente al desnudo. La representación perfecta de una de las reglas cardinales del maquillaje: destaca un rasgo, mantén el resto neutral.
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12) Pestañas postizas: Abundantes, discretas, permanentes, de plumas, con accesorios; hay pestañas postizas para todos los gustos. A finales del siglo 19, el gusto por unas cejas más abundantes dio paso a un procedimiento de tipo trasplante un tanto extremo en el que se utilizaba cabello propio con el propósito de obtener unas pestañas más abundantes. Anna Taylor patentó las pestañas postizas en 1911. Estas consistían de pelo humano implantado en pequeños pedazos de seda o gaza, truco que ya habían puesto en práctica estilistas y maquilladores antes que ella.
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13) Metálicos: El resplandor de los tonos metálicos evoca al instante el lujo, la opulencia y los excesos. Antes quedaban circunscritos estrictamente a la noche, pero hoy los matices dorados, plateados y toda la gama en medio se llevan en cualquier momento en ojos, uñas y hasta labios. Más que una expresión de audacia, el maquillaje que reproduce el acabado de metales preciosos se eleva al más alto grado de elegancia.
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14) Bed hair: Reza el adagio que “para ser bella hay que ver las estrellas”. Pues existen seres de genética bendecida que no requieren de mucho esfuerzo para lucir fabulosas. Al menos esa es la impresión. Y es que para obtener ese efecto seductor del llamado bedhead, se requiere de técnica, maña y mucho fijador. Con su rol en Et Dieu… Crea La Femme, Brigitte Bardot se convierte en la referencia indiscutible del estilo que desde hace siglos se le relaciona con implicaciones de índole sexual. Durante los 80, una década de excesos a todos los niveles, el bedhead alcanzó notoriedad gracias a la escena del punk, el glam rock y movimientos similares que trascendieron las barreras del género con melenas largas y abundantes. Entre la subcultura hipster y los “ángeles” de una reconocida marca de lencería, llevar el cabello como acabada de salir de la cama es un look no solo aceptado, sino muy solicitado.
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15) Raya al medio: Si alguien ha sabido llevar la raya al medio es la legendaria estrella estadounidense Cher, quien en los 70 hizo suyo este estilo emblemático para acentuar sus rasgos singulares y su interminable melena azabache. Para llevar la partidura al medio, el rostro ovalado es el ideal. También los redondos se verán favorecidos por esta línea que aporta un efecto de longitud. Aquellas con rostros más bien cuadrados pueden llevar la raya al medio, tomando la precaución de no llevarla muy profunda para no acentuar las líneas angulares.
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16) Bronceado: A través de la historia, la piel blanca ha sido relacionada con la aristocracia y el estatus social, por lo que se evitaba exponerse a los rayos del sol, esos mismos que tostaban las pieles de los que trabajaban los campos. De ahí que las pieles más doradas se asociaran con las clases menos aventajadas en términos socioeconómicos. Si embargo, se dice que la influyente diseñadora Coco Chanel puso la piel bronceada en el mapa tras regresar de un crucero por el Mediterráneo. En el 1927, el perfumista Jean Patou lanzó Huile de Chaldee, la primera loción creada con el propósito de dar a la piel ese tono que se convirtiera en símbolo de estatus y juventud. A pesar de que ya son conocidos los peligros de exponerse al sol en exceso, el bronceado no ha perdido popularidad. Afortunadamente, existen opciones cosméticas que brindan un resultado similar sin aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en la piel o acelerar el proceso de envejecimiento.
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17) Melenas rizadas: El gen del cabello rizado es dominante mientras que el del cabello lacio es recesivo. Sin entrar en detalles científicos y étnicos, resulta fácil entender por qué esta característica es tan común entre nuestra gente. Las majestuosas estatuas de la Antigua Grecia reflejan el concepto de belleza de la época: cuerpos imponentes y esculturales de cabellera rizada. La Francia del siglo 18 trajo consigo los rizos mariposa y en el arte renacentista representó a la nobleza y aristocracia con cabelleras rizadas, evocando la estética griega y romana. A principios del siglo 20, el estilista alemán Charles L. Nessler llevó a cabo el primer permanente que tomó unas 12 horas para obtener esos bucles codiciados de forma artificial. Y aunque nunca dejaron de estar presentes, fue durante las décadas de los 80 y 90 que los rizos tuvieron su mejor momento expresándose en melenas largas y abundantes que –toma nota– regresan con fuerza en el 2016.
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18) Bob: Cuando piensas en los años 20 y su música gloriosa, lo primero que viene al recuerdo son las flappers y su alegórico recorte bob. Fue la actriz y bailarina Louise Brooks quien realmente hace este estilo tan popular a mediados de esa década. La también estrella del séptimo arte, Clara Bow, fue una gran influencia en esta tendencia que solía llevar más bien rizada. Igual, ya sea lacio, con pollina, partidura hacia el lado o asimétrico, el bob y más recientemente su versión alargada conocida como lob han permanecido como favoritos por su naturaleza práctica y sofisticada.
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19) Ondas sensuales: Unas ondas lustrosas de caída estratégica constituyen un clásico favorito en toda alfombra roja. Desde las ondas marcadas utilizando herramientas de calor, los dedos, hebillas o productos específicos hasta aquellas más sueltas y con cuerpo, el cabello ondulado ha sido complemento de una imagen sofisticada que evoca el glamur de la época de oro de Hollywood.
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20) Trenzas: La referencia a las trenzas más antigua que conocemos a la fecha es la Venus de Willendorf que se estima fue creada entre los años 28 mil y 25 mil antes de Cristo. De ese tiempo a esta parte son muchas las interpretaciones del estilo ultrafemenino que le sienta bien a todas y en todos los ámbitos.
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21) Cabello ultraliso: Amén con el dicho que reza “para ser bella hay que ver las estrellas”, han sido muchos los sacrificios para luchar contra la genética. Desde la peinilla caliente, pasando por quemaduras químicas, calvicie, hasta llegar a utilizar la plancha de la abuela sobre el cabello. ¿El propósito? Presumir de cabello liso.
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22) Partidura al lado: Si bien sus orígenes toman referencia de un estilo militar y muy masculino, la partidura hacia el lado se reinventa en la melena femenina y su favor no mengua temporada tras temporada. Su aire retro y sensual evoca las grandes estrellas de cine. Sin embargo, con un poco de gel o fijador, hasta la más inexperta es capaz de reinterpretarlo.
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23) Cola de caballo: Alta, a la nuca, repelada, larga o más bien corta, la cola de caballo jamás dejará de ser una de las favoritas. Desde las colegialas hasta las más experimentadas, pueden apuntarse al ponytail, ideal para esos días en que vas contra el reloj pero no quieres sacrificar el estilo.
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24) Shag: Jane Fonda lo puso en el mapa en los 70. La escena del punk rock encontró inspiración en el estilo de Siouxsie Sioux y para los 90, el “Rachel” era el recorte obligado de la Generación X, tras la popularidad del rol interpretado por Jennifer Aniston en la serie Friends. Hoy el shag continúa tan vigente como el primer día tanto por el aire de desenfado que le caracteriza como por su adaptabilidad a toda edad y a la mayoría de las texturas del cabello.
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25) Pollina: Corta, hacia el lado, abundante, es indiscutible el poder camaleónico de incorporar una pollina a tu peinado. Para impartir un aire más bien aniñado y travieso nada mejor que una pollina ultracorta. Su versión más sofisticada, versátil y que requiere menos mantenimiento es hacia el lado. En fin, la pollina es ese toque capaz de hacer de un recorte aburrido uno audaz.
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26) Dreadlocks: Aunque se asocian con el “rastafarianismo”, los dreadlocks han formado parte de etnias diversas alrededor del mundo. A pesar del compromiso que requiere llevar el cabello de esta forma, los dreadlocks han pasado de civilización en civilización entretejiéndose en las culturas de todos los continentes.
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27) Recogidos: Ya sea para estar relajada en casa, para la oficina o para una ocasión formal, el cabello recogido es una apuesta infalible. Ya sea pulido, messy, con rizos, trenzas, accesorios, el updo siempre tiene un lugar entre los favoritos por su carácter versátil y feminidad inherente.
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28) Capas: Las capas son un favorito de siempre ya que añaden dimensión y movimiento al cabello. Si es fino, crean la ilusión de mayor volumen. Si el cabello es abundante, un recorte en los llamados “escalones” mantiene la melena bajo control. Ya sea con tijeras o navajas, este estilo –bien ejecutado– es capaz de borrar años de tu rostro. Además, el corte en capas resulta favorecedor para todos siempre y cuando esté a la altura adecuada para la forma de tu rostro y la textura del cabello.
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29) Labios glossy: Max Factor inventó el lip gloss en la década de los 30 con el propósito de resaltar los labios de las actrices que protagonizaban las películas en blanco y negro. Desde entonces, el lip gloss es la opción para aquellas que prefieren un color translúcido, para las jovencitas que apenas comienzan a maquillarse o para las más atrevidas que lo aplican sobre su labial para hacer de su boca un punto focal imposible de ignorar.
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