Durante una tarde calurosa y radiante, la ex Miss Universe Puerto Rico Viviana Ortiz y el baloncelista de los Maverick de Dallas José Juan Barea contrajeron matrimonio.
La pareja se casó el pasado sábado en una fastuosa ceremonia en la capilla de la Universidad Sagrado Corazón, en Santurce.

Vistiendo una hermosa creación del diseñador puertorriqueño Harry Robles, la flamante novia desfiló radiante y feliz hasta encontrarse con su prometido. A propósito, los vestidos de las damas del séquito y de la pequeña Paulina (la hija de la pareja de cinco meses) fueron confeccionados por Robles.
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Ataviado de azul marino –en un diseño de Salvatore Ferragamo, al igual que la vestimenta de su pequeño hijo Sebastián, de cinco años– le tendió su mano para juntos caminar hasta el pie del altar. De inmediato, comenzó la emotiva ceremonia que culminó con el tradicional beso entre los ahora esposos.

Fiesta por todo lo alto
Los cerca de 200 invitados llegaron al Hotel Condado Vanderbilt. Allí fueron recibidos bajo estrictas medidas de seguridad, entre las que incluían que cada persona debía dejar su teléfono celular antes de entrar a la recepción. De esta manera, se cumpliría con la petición de los novios de no querer difundir en las redes sociales imágenes de tan importante momento. Luego del banquete nupcial, la pareja y sus invitados bailaron y fiestaron de lo lindo hasta altas horas de la noche.
Mónica Puig los felicita
Hasta la medallista olímpica Mónica Puig le deseó lo mejor a la pareja a través de su cuenta de Twitter. La “Pica Power” publicó un breve mensaje en la red social, a sólo horas de pisar suelo boricua.
Por su parte, Ortiz le respondió recordándole: “Tenemos un date pendiente”, también a través de su cuenta de Twitter.
@MonicaAce93 @jjbareapr Igual para ti ! Tenemos un date pendiente!! ?
— VivianaOrtizPastrana (@VivianaOrtizPR) August 21, 2016
La modelo y el deportista iniciaron su relación hace cerca de tres años. Tras Viviana culminar su participación en el programa de telerrealidad Nuestra Belleza Latina, edición 2013, y una temporada en el Centro de Estudios Artísticos de Televisa, en México, dieron rienda suelta a su amor hasta establecer su residencia en Dallas, Texas. Comprometidos el año pasado, la llegada de su hija Paulina atrasó los planes de boda. Pero, como dice el refrán “El tiempo de Dios es perfecto”, bastaron sólo cinco meses para planificar el enlace.
Pendientes a la versión impresa de la revista IMAGEN para más detalles exclusivos de lo que mucho han denominado como la boda del año.